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La maquinaria unionista, aquellos contrarios a la secesi—n de Catalunya, han empezado a poner toda la carne en el asador, y lo han hecho no para ofrecer una alternativa al independentismo si no para intentar fragmentarlo, destruirlo, desprestigiarlo y desintegrarlo. El frente independentista debe prepararse para ello y actuar con lucidez e inteligencia. Las provocaciones en las redes han empezado hace ya tiempo, aumentando su actividad desde hace unos d’as. La mayor’a provienen de cuentas reciŽn creadas con pocos seguidores, en algunos casos con menos de diez o doce. Otras se acercan al centenar, pero la mayor’a son cuentas o ÒbotsÓ creados recientemente para actuar en este sentido: la provocaci—n y la ofensa. Y no han perdido el tiempo: El se–or Garc’a Albiol en uno de sus vehementes y acalorados discursos afirmaba el pasado viernes 24 de noviembre que una de sus propuestas electorales era cerrar TV3 y volverla a abrir con Ògente normalÓ. Desafortunada afirmaci—n que pretende declarar a todo aquel que no es independentista como gente Òno normalÓ. Sin duda una mas de las provocaciones a las que ya deber’amos estar acostumbrados por parte de este se–or que siembra polŽmica all‡ donde va sin ofrecer un futuro suculento para Catalunya. Tampoco se ha quedado corta la vicepresidenta del gobierno espa–ol, al afirmar que la aplicaci—n del 155 y la convocatoria de elecciones es una muestra de respeto hacia los catalanes. Una muestra de respeto que llega tras haber apaleado a los que dice respetar el d’a del referŽndum, encarcelado a sus pol’ticos por llevar a cabo el mandato democr‡tico encomendado por la ciudadan’a, investigar (imputar) o llevar a declarar a todo aquel que no agacha la cabeza y besa el sagrado art’culo 155 (profesores, bomberos, ciudadanos an—nimosÉ) Parece que el respeto de esta se–ora por Catalunya pasa por el ordeno, mando y bŽsame el 155 de rodillas. La que llamo Òoperaci—n panderetaÓ es la t’pica patochada espa–ola, en esta ocasi—n a tres bandas: un candidato residual cuyo œnico programa electoral es el deseo de desmontar las instituciones catalanas que tanto cost— conseguir para volverlas a montar a su gustoÉ para que le r’an las gracias a su partido como hacen en el resto de Espa–a, en pocas palabras. El otro, el candidato chistoso, que se pasea bailando por los plat—s de televisi—n, a pesar que su jefe de campa–a parece que le ha prohibido hacerlo (Supongo que en un arranque de que Iceta deje de ser Iceta para luego volver a ser Iceta). Asegura que no ayudar‡ a investir a nadie que no sea Žl mismo, viviendo en una realidad paralela o mejor dicho: en una doble realidad: la del apoyo al 155 y por otro lado la supuesta intenci—n de una reconciliaci—n imposible del independentismo con el unionismo. Algo parecido a lo de pap‡ es bueno si mam‡ me rega–a y mam‡ es buena cuando pap‡ me castiga.. Para cerrar el ÒtrinomioÓ, no debemos olvidar a la sra. Arrimadas, cuyo partido se dedica a exhibir falsedades en el congreso con el œnico prop—sito de mostrar una distorsionada realidad catalana con el œnico objetivo de ganar votos. Tan comprometidos con lo que significa Catalunya que ni siguiera son capaces de escribir correctamente, en catal‡n, el eslogan de su campa–a, obviando una ÒcomaÓ o un ÒqueÓ. Esta es la opci—n de la oposici—n al independentismo, la Òoperaci—n panderetaÓ: la mentira, y el regreso al autonomismo rancio y todo lo que ello significa: Un corredor mediterr‡neo que pasa por Madrid, una bolsa de pensiones vac’a, un autonomismo que ha resultado fallido tras 40 a–os de pantomima, retroceso en derechos humanos, sociales, abusos de poder, justicia politizada, separaci—n de poderes inexistentes, corrupci—n, involuci—n social, econ—mica y cultural, aeropuertos y estaciones del AVE con 3 pasajeros, carreteras en mal estado, sanidad precariaÉ La Òoperaci—n panderetaÓ no es una opci—n de futuro para Catalunya, es la opci—n de la Espa–a mas rancia para continuar con su pantomima de democracia con la que nos han tenido enga–ados durante 40 a–os a los catalanes, d‡ndonos poco a poco migajas para mantenernos contentos, mientras los amiguetes del poder se iban enriqueciendo a costa de nuestra ceguera, vagancia e inacci—n. Pero ahora todo puede cambiar, y por eso est‡n literalmente cagados de miedo. Ven muy posible la independencia de Catalunya. Ya no les ser‡ posible mantener la gran mentira ante Europa y el mundo mucho mas tiempo. Sin Catalunya los trenes de vida de muchas momias del pasado se ver’an condicionadas: pensiones vitalicias, corrupci—n, justicia a dedo, sobornosÉ |